En nuestra vida diaria el consumir sal se hizo costumbre, pues cuando algo no tiene la sal suficiente sentimos que no sabe bien.
La sal proporciona a los alimentos uno de los sabores básicos, el salado, pudiéndolo percibir debido a que en la lengua poseemos receptores específicos para su detección. El consumo de sal modifica nuestro comportamiento frente a los alimentos ya que es un generador del apetito y estimula su ingesta.
Se emplea fundamentalmente en dos áreas: como condimento de algunos platos y como conservante en las carnes y pescado; incluso de algunas verduras, así como en la elaboración de ciertos encurtidos.
Por eso decimos que la sal tiene mas de 10000 usos. Sin embargo nunca es bueno el exceso en cuanto a su uso.